lunes, 3 de marzo de 2008

MARÍA MADRE



Madre .. profundamente estremecida
con su hijo en el regazo,
con una espada clavada y viva.
Con los despojos de su niño entre los brazos.

Ojos tristes y abatidos
Que se elevan afligidos hacia Dios,
con lágrimas ardientes resbalando
por el rostro de dolor transido.

Dios... Padre... no lo entiendo...
una espada ha traspasado mi corazón
tal como predijo el justo Simeón.
Él te amaba tanto... todo entero a Ti se dio.

¡Qué ha pasado con mi niño?...
Joven tan hermoso era.... y en esto se convirtió...
Padre, dime... ¿por qué este ensañamiento?
Él te amaba tanto... todo entero a Ti se dio.

Es el pecado María.
El odio, el egoísmo, la envidia...
Toda la perversidad del hombre
que sobre el Hijo Amado se desató.


María ... eres Madre, así Jesús lo predestinó,
en el momento cumbre, en la cruz del sufrimiento,
en el de la partida, en el encuentro de la Muerte y la Vida.
¡Como no comprender Madre nuestras angustias y heridas
si tu dolorosa experiencia te lo enseñó!

Virgen Santa... Madre y Reina Dios te elevó.
Generosa nos perdonas y nos quieres ayudar.
Bajo tu manto nos proteges conduciéndonos a la Verdad,
Siempre presente. En todo tiempo, en uno que otro lugar:
Guadalupe... Lourdes... Fátima... Medjugorge y ahora en San Nicolás.

Bendita seas, María, dulce mujer terrenal.
Bendita seas, María, Santa Madre Celestial.
Bendita seas por siempre, Rosa de Amor Eternal.

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